Es una opción a tener en cuenta cuando un hipotecado, por el motivo que sea, tiene dificultades para pagar las cuotas mensuales
En situaciones complicadas en las que es difícil hacer frente a los gastos, una opción que puede interesarnos es pedir una carencia de hipoteca. Es decir, solicitar un período en el que dejamos de pagar las cuotas de la hipoteca o lo hacemos de forma reducida. Si quieres saber más sobre esta alternativa sigue leyendo y te contamos todas las claves.
¿Qué es la carencia de una hipoteca?
La carencia de una hipoteca es un período en el que no se paga la hipoteca. Existen dos modalidades:
- Carencia de hipoteca completa: en este caso, se deja de pagar la cuota de la hipoteca de forma íntegra. O sea, no se paga ni el capital ni los intereses.
- Carencia de hipoteca parcial: en este caso, se deja de pagar la parte de la cuota correspondiente al capital, pero sí que se siguen pagando los intereses.
De este modo, la carencia de hipoteca se convierte en una opción interesante en aquellos casos en los que, por los motivos que sea, se pasan dificultades para poder afrontar todos los gastos a los que se tiene que hacer frente. En este sentido, se trata de un recurso que se ha popularizado bastante en las hipotecas después de la pandemia.
¿Qué es la carencia de capital?
La carencia de capital es la opción de carencia de hipoteca más usada. En este caso, se hace referencia a la carencia de hipoteca parcial. Es decir, se deja de pagar la cantidad correspondiente al capital del préstamo pero sí que se siguen abonando los intereses correspondientes.
¿Cómo funciona la carencia?
La carencia hipotecaria se establece cuando el cliente solicita al banco esta opción y la entidad accede a concederla. Lo más común es que los términos en los que un cliente se puede acoger a una carencia hipotecaria aparezcan en el contrato de la hipoteca. No obstante, incluso en el caso de que no sea así, se puede hablar con el banco y negociar esta posibilidad. Si la entidad accede (recordemos que no está obligado a hacerlo si esta posibilidad no figura como tal en el contrato de la hipoteca), se procede a hacer una novación de la hipoteca, que es la operación que permite llevar a cabo la carencia de la hipoteca.
¿Cuánto tiempo se puede dejar de pagar la hipoteca?
Depende de lo que determine cada entidad bancaria. Por lo general, lo más habitual es que la carencia de hipoteca varíe desde los 6 meses hasta los 5 años. No obstante, será el propio banco el que determine cuál es el período de carencia que estima oportuno conceder a cada cliente según cada situación y cada caso particular.
¿Qué desventajas tiene la carencia hipotecaria?
La principal ventaja que tiene la carencia de la hipoteca es que nos permite pagar menos o dejar de pagar la hipoteca durante un tiempo. Sin embargo, optar por esta alternativa tiene contrapartidas que debemos conocer antes de solicitarla. Las más importantes son las siguientes:
- La cuota suele subir ligeramente pasado el período de carencia.
- Al aumentar el tiempo para amortizar el préstamo, terminamos pagando más intereses por la hipoteca en su conjunto.
- Al tener que realizar la novación para ejecutar la carencia de la hipoteca, será necesario pagar la comisión por novación de la hipoteca.
- El banco puede pedir otros requisitos para acceder a la carencia de la hipoteca. Por ejemplo, contratar determinados productos asociados, que solo la conceda después de haber pagado una determinada parte del préstamo, que pueda subir el tipo de interés, etc.
¿Hay hipotecas autopromotor con carencia?
Las hipotecas autopromotor son aquellas que conceden los bancos para que los clientes se construyan sus propias viviendas. Debido a que, en estos casos, lo más habitual es que el banco no entregue la suma total del dinero de una sola vez, muchos clientes de hipotecas autopromotor se interesan en la opción de las carencias hipotecarias. De esta forma, pueden adaptar el pago de la hipoteca acorde al progreso de las obras de su vivienda.
En este sentido, las hipotecas autopromotor suelen ser las que más a menudo incluyen la opción de la carencia hipotecaria en sus contratos, ya que son uno de los casos en los que más puede interesar esta opción. En cualquier caso, si vas a solicitar una hipoteca de estas características y en el contrato no se hace ninguna mención, lo más recomendable es hablarlo directamente con el banco durante la negociación para incluir esta posibilidad y las condiciones en las que se realizaría.
Alternativas a la carencia de la hipoteca
En el caso de que necesites reducir lo que pagas por tu hipoteca y el banco no te conceda la carencia hipotecaria, una alternativa posible pasaría por alargar el período de amortización de la misma. Es decir, negociar con el banco para devolverle el préstamo en un período de tiempo más largo. De esta forma, se reducirían las cuotas mensuales que pagas por la hipoteca, aunque estarás pagando más tiempo la hipoteca (lo que, en conjunto, supondrá que pagues más intereses, pero en cantidades más pequeñas y fáciles de asumir).
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